Comunicación
Para el manejo de las crisis, una comunicación constante
y fluida.
Domingo 10 de agosto de 2008
Fernando García Albarido asegura que el mayor desafío
que debió enfrentar en sus 16 años como gerente de
Recursos Humanos de Nestlé Argentina fue la mudanza de la
empresa de la ciudad de Buenos Aires al partido de Vicente López,
hace alrededor de tres años.
"El movimiento involucró a alrededor de 500 personas
en siete meses. Llegamos al acuerdo con el gerente general, Pablo
Devoto, que más que una mudanza se trataba de un cambio cultural.
Estábamos en un edifico que representaba a la organización;
jerárquico, piramidal y muy segmentado en pisos. Tenemos
un documento interno llamado Nestlé on the move, que dice
que las estructuras deben ser flexibles y abiertas, con fuerte comunicación.
Armamos el nuevo edificio con ese criterio: las plantas son abiertas,
la circulación es perimetral, las oficinas de los directores
están en una punta, lo que hace que todos los días
deban pasar por donde están sus empleados. Las unidades se
empezaron a vincular más, se armó una red de trabajo
y mejoró el clima", argumenta García Albarido.
Sin embargo, cabe pensar que un momento que puso a prueba su expertise
fue cuando, en septiembre del año pasado, un sobre-bomba
dirigido Cristian Antonello, segundo jefe del área de sistemas,
hirió al gerente de la unidad, Cosme Veneziale.
-¿Cómo se manejó la situación frente
a los empleados?
-Lo primero que se hizo fue informar, dentro de los límites
posibles porque hay que entender que se trató de un hecho
en el que intervino la Justicia. El segundo tema fue asistir en
todo lo que necesitara la persona dañada, y a sus compañeros
que vivieron el estrés del momento.
-¿Qué tipo de contención se dio?
-Conversar, atender reclamos, dar permisos si era necesario, descomprimir
dudas. Veneziale sigue en la empresa y la otra persona prefirió
alejarse. Transcurrió casi un año y el tema fue absorbido
en buenos términos por la organización. Se quitó
la cuota de morbosidad y de escándalo. La gente apreció
la franqueza, transparencia y asistencia. Cuando una organización
está preparada para este tipo de cosas, lo absorbe rápidamente.
-Hoy, ¿cuál es el proyecto más importante para
la organización?
-Se está trabajando en el concepto de liderazgo. Hace cinco
años se hizo una encuesta global sobre atributos y valores
de la compañía para determinar cuáles son las
competencias que encajan mejor dentro del modelo de Nestlé.
Se diseñó una matriz de competencias de liderazgo,
que dio origen a productos orientados a su desarrollo como un sistema
de evaluación y desarrollo de competencias entre jefe y colaborador.
Se hizo una capacitación internacional para la primera, segunda
y tercera línea de la compañía. Los mismos
docentes dieron seminarios por todo el mundo.
-En la Argentina, ¿qué más se hace en ese sentido?
-Tenemos un programa de ocho módulos que abarcan, entre otros,
comunicaciones, relaciones interpersonales y selección por
competencias. Buscamos establecer un fuerte vínculo entre
el líder y el equipo de trabajo. Técnicamente, cada
líder maneja su área en forma competente, pero falta
una homogeneización clara en cuanto a las aptitudes y competencias
de tipo humano.
-¿Cuántas personas participan del programa?
-Son 120 line managers, es decir, que tiene una unidad de trabajo
a cargo.
-¿Cuál es el principal obstáculo que enfrentan?
-Las oportunidades que van descubriendo los line managers está
en los temas de selección por competencias y comunicación.
En este último caso porque, al entender el fenómeno
de las comunicaciones, sienten que tienen cierta habilitación
técnica para manejarse cómodamente con la gente. Con
la selección por competencias aprenden a buscar exactamente
lo que necesitan y saben cuál es la brecha de cada candidato
entre lo que ofrece y lo que se busca. Esto les dio la posibilidad
de cumplir con uno de los objetivos de la compañía:
capturar a los mejores recursos humanos del mercado. Uno de nuestros
pilares es el largo plazo.
-¿La promesa de desarrollo es el principal atractivo para
trabajar en Nestlé Argentina?
-Se elige por su prestigio en el mercado por la calidad de sus productos.
Además, los estudiantes descubren una cultura confortable.
No es una compañía a matar o morir ni tampoco un laissez
faire. Hay objetivos, exigencias, reconocimiento de conducta y buen
clima de trabajo. Además, tienen la oportunidad de trabajar
en el exterior, una capacitación casi sin límites
y pueden estar al tanto de lo último en diversos temas como
tecnología o marketing.
-¿Qué problemas detectan en el mercado laboral?
-Hay dificultad en el egreso de profesionales de ciencias duras
como químicos e ingenieros mecánicos, eléctricos
y electrónicos.
-¿La escasez lleva a que se aprecien sus salarios?
-El mercado tiene cierta sabiduría y la gente de RRHH, ciertas
habilidades. La Argentina siempre se caracterizó por tener
muchos ingenieros pero por diez o doce años se dio su desaparición
de las industrias. En los últimos cinco años se produjo
un reingreso repentino que secó al mercado. Pero eso no significa
que no haya ingenieros de 50 años disponibles. Esta vez,
la captación empezó por otro segmento etario. Tenemos
que adaptarnos a lo que aparece en el mercado.
-¿Hace cuanto tiempo dieron este giro?
-Dos años.
-¿Estos profesionales se comprometen de manera diferente
a los jóvenes?
-Hoy se sienten tan revalorizados que tienen la misma facilidad
para dejar una empresa que los jóvenes. Subió su autoestima,
cosa que me alegra, y el mercado se puso competitivo. Son comprometidos
y entusiastas. Sus opiniones son balanceadas por su experiencia
de vida. Entraron y salieron del mercado laboral y eso hace que
aprecien el puesto desde una perspectiva distinta a la de las nuevas
generaciones, que toman al trabajo como un tránsito necesario
para obtener algún otro estándar que están
buscando.
Marilina Esquivel - LA NACION |