Clima Laboral
Los estigmas en el lugar de trabajo bajan la productividad
Domingo 9 de noviembre de 2008
El clima de desconfianza es una de las consecuencias de esos prejuicios.
Muchos lectores habrán visto la película El jorobado
de Notre Dame o habrán leído el libro de Victor Hugo
y recordarán a Quasimodo, el estigma de su fealdad y su deformación
física, y la reacción que su presencia provocaba en
la gente. Más acá en el tiempo y en el mundo del trabajo,
la película North Country (2005), protagonizada por Charlize
Theron, ilustró el hecho, entre otras cosas, que en la década
del 80 en una mina de hierro en el norte del estado de Minnesota,
en el grupo de trabajadores ser mujer era un estigma.
¿Qué es un estigma y de dónde surge? Las dos
primeras acepciones en el Diccionario de la Real Academia Española,
marca o señal en el cuerpo y desdoro, afrenta, mala fama.
Estigmatizar, por su parte, es afrentar, infamar. En general, los
estigmas provienen tanto del aspecto físico como de otras
características de los seres humanos.
El sociólogo E. Goffman identificó tres condiciones
que llevan a estigmatizar a las personas: deformidades físicas,
atributos de la personalidad e "identidades tribales"
(como raza o religión). Basado en lo anterior, un estigma
representa un atributo que conduce a una identidad social devaluada
o rebajada por un determinado número de personas en cierta
cultura en un momento dado. (R. L. Paetzold, R. L. Dipboye Y K.
D. Elsbach. A New Look at Stigmatization in and of Organizations.
Academy of Management Review. Briarcliff Manor: enero de 2008).
Goffman (1922-1982) creó la frase "estigma es un proceso
por medio del cual la reacción de otros daña la identidad
normal".
Estigma no debe confundirse con discriminación o estereotipo,
aunque las ideas representadas por estas palabras se hallan vinculadas.
Por ejemplo: el estigma que carga una persona puede conducir a que
se la discrimine... a veces hasta el extremo de causarle daños
físicos.
En el ámbito laboral
En la vida de las organizaciones se manifiestan creencias, actitudes
o prejuicios que se convierten en la fuente de estigmas que, con
frecuencia, no se hacen evidentes para la sociedad en general. Por
ejemplo: haber ocupado cargos importantes en una empresa que quebró
puede transformarse en un estigma en el momento de buscar trabajo
(de ahí el dilema: ¿es mejor abandonar una empresa
antes que quiebre o se debe seguir en ella hasta el final?). Puede
dificultar hallarlo o, una vez encontrado, generar desconfianza
entre los nuevos subalternos. Existen matices: según A. Hill,
"aunque las penas en la justicia civil son a veces más
elevadas, los estigmas a que dan lugar son menos dolorosos que los
castigos en la justicia penal". ( Financial Times . Londres:
23 de enero de 2008).
¿Por qué es importante estar atentos a los estigmas
que se manifiestan en una empresa? Según los tres autores
mencionados, "la estigmatización puede afectar la cohesión,
la moral y la efectividad de una organización como resultado
de los chismes y de un clima de desconfianza". Otro artículo
publicado en el número citado de Academy of Management Review
lo confirma.
El estigma puede ser transferido a personas que no poseen el atributo
que lo origina. La desaprobación se extiende a éstas
debido a que interactúan con individuos o grupos estigmatizados.
Las personas anteriormente no estigmatizadas se ven obligadas a
compartir algo del descrédito de las que sí lo estaban.
[...] En los lugares de trabajo se establecen redes informales densas
en las cuales la información, correcta o no, puede transmitirse
eficientemente. Los empleados se anticipan a las reacciones negativas
de sus colegas y tratan de suprimir toda información referida
a su relación con el o los estigmatizados. [...] Si la información
se filtra, esto puede afectar la habilidad de un empleado para trabajar
con sus colegas o impactar negativamente en su evaluación
del desempeño o en su potencial para ascender. [...] Los
estigmatizados "por asociación" cuentan con poco
apoyo en el proceso de quejas interno o en los procedimientos legales
externos. (C.T. Kulik. H. T. Bainbridge, C. Cregan. Known by the
Company we Keep: Stigma-by-Association Effects in the Workplace).
En las organizaciones aparecen con cierta frecuencia determinadas
tareas que son vistas por sus integrantes como sucias o desagradables
o de un status inferior. Son ocupaciones que, como señaló
un autor, están "física, social o moralmente"
manchadas; esto es, estigmatizadas. Un breve artículo publicado
en Harvard Business Review en septiembre de 2007 se refirió
a otro publicado en Academy of Management Journal en febrero de
2007 (B. E. Ashforth, G. E. Kreiner, M. A. Clark, M. Fugate, Normalizing
Dirty Work: Managerial Tactics for Countering Occupational Taint)
y resumió varias opciones para apoyar a los trabajadores
que desempeñen estas ocupaciones para superar el problema,
a saber:
-
Desarrollar una ideología del trabajo en cuestión
que le otorgue una imagen y un marco más positivos.
-
Establecer amortiguadores sociales tales como asociaciones
profesionales o grupos informales de colegas, amigos o familiares
que entiendan la tarea que desempeñan.
-
Proveer entrenamiento para saber cómo y cuándo
enfrentar a clientes y público en general con objeto
de cambiar sus percepciones de la tarea.
-
Enseñar cómo y cuándo utilizar tácticas
defensivas, tales como evitar la mención de datos específicos
en conversaciones con personas ajenas a sus tareas.
-
Proveer entrenamiento sobre cómo enfrentar a personas
agresivas.
-
Rotar a los trabajadores que desempeñen tareas particularmente
estigmatizadas.
-
Proveer áreas especiales dentro de la empresa donde
los trabajadores puedan descargarse.
El protagonista del tango Amargor, abandonado por su madre, no
tuvo este apoyo. Su queja dice así: Escucho que la gente
murmura, nos señala,/ y esquivo sus miradas culpando a no
sé quién./ Estigma en plena cara, baldón insoportable/
por qué, entonces, mi madre en ello no pensó.
Guillermo Edelberg - LA NACION |