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Gestión

La crisis no es igual a oportunidad (por más que los chinos digan lo contrario),

13 de Mayo 2010.

“La crisis es una oportunidad”. ¿Escuchó alguna vez esta afirmación? Yo sí, por lo menos 500 veces. Así que quiero deshacer esta frase hecha o al menos deshilacharla, un poco enumerando algunas razones por las cuales considero que las crisis no son sinónimo de oportunidad:

-Por puro sentido común: la crisis es crisis y la oportunidad es oportunidad. No son términos intercambiables. Una persona que busca una “oportunidad laboral” jamás diría: ¿Me das una “crisis laboral” para trabajar en tu empresa?

-Porque genera emociones negativas: las crisis traen más dolor que felicidad. No tengo datos estadísticos pero creo que cuando las cosas se ponen feas es mayor el porcentaje de personas que se angustian, se deprimen o se asustan que de las que se ponen contentas y entusiastas. Las emociones negativas no son el mejor combustible para echar a andar el motor de la creatividad o la inspiración.

-Porque obliga a reaccionar sin pensar: es natural que una persona que está en peligro haga algo para intentar salvarse. Pero es muy probable que esa acción que emprenda sea ineficaz porque tuvo que decidirla bajo presión y en poco tiempo. La crisis es el caldo de cultivo de las reacciones y, si bien pueden ser ‘salvadoras’, nunca van a ser mejores que las ideas que se planifican con tiempo, recursos suficientes y tranquilidad.

-Porque obliga a aprender demasiado rápido: muchas veces se sostiene que la crisis es positiva porque obliga a las personas a salir de la modorra, reinventarse y aprender cosas nuevas. Sin embargo yo no encuentro nada positivo a que un naufragio me brinde la oportunidad de aprender a nadar en cinco minutos. Prefiero tomar clases dos veces por semana en la piscina de un club y comenzar en la parte bajita.

-Porque no potencia la creatividad: si fuera cierto, las creaciones más geniales de los últimos años tendrían que haber surgido de países quebrados. Por ejemplo, en la Argentina sufrimos un gran golpe en 2001 y sin embargo ese año ningún compatriota realizó un descubrimiento significativo en ingeniería genética, tecnologías de la información, energía renovable o lo que fuere.

-Porque crea falsos emprendedores: una cosa es abrir un negocio por decisión y otra es hacerlo por desesperación. Una crisis genera falsos emprendedores, personas que tienen que crear un negocio propio para tener alguna fuente de ingreso. Por lo general, suelen ser de corto aliento y desaparecen cuando el individuo puede reinsertarse en el mercado laboral.

-Porque impulsa el conservadurismo y retrae el consumo: Los contextos negativos hacen que la gente piense tres veces antes de abrir un negocio, cambiar el auto, invertir en educación, tener un hijo, hacer un viaje, prestar dinero o invertir. La crisis retrae el consumo, la producción y por ende las oportunidades.

-Porque puede sacar lo peor del ser humano: la crisis muchas veces pulveriza la inteligencia de una sociedad y la lleva a buscar chivos expiatorios, ‘cazar brujas’, encantarse por líderes negativos, adoptar pensamientos maniqueos o comprar soluciones mágicas y rápidas. La historia está llena de ejemplos.

-Porque genera cambios falsos: es cierto que una crisis provoca que las personas, empresas o países cambien sus actitudes o comportamientos. Pero, por lo general, son cambios falsos porque nacen de la desesperación y no de una elección libre. Por eso cuando la crisis termina suele restablecerse la situación anterior y todo vuelve a foja cero.

Ideas finales llenas de oportunidades

Muchas tonterías nacen de buenas intenciones. Aquellos que repiten que la crisis es una oportunidad lo hacen porque son buenas personas y quieren que la gente no se paralice ni se sienta víctima de las circunstancias. Pero lamentablemente caen, sin darse cuenta, en la misma trampa que intentan sortear: el determinismo. Porque según su punto de vista, el ser humano depende de tener el agua al cuello para querer aprender a nadar.

Propongo una alternativa constructiva, considerar que la crisis no es una oportunidad sino que uno mismo lo es. Que encontrar y generar oportunidades depende de nosotros y que no necesitamos de crisis para despertar de modorras o sinapsis quebradas. En una palabra, confiar en nuestra capacidad de acción y celebrar la estabilidad, porque cuando las cosas marchan bien se amplía el campo fértil donde sembrar y cosechar un buen futuro.

Alejandro Formanchuk director de Formanchuk & Asociados; presidente de la Asociación Argentina de Comunicación Interna

 

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